Portada » María Velázquez Dorantes · ¿Egolatría y narcisismo en los gobiernos?
Punto de Vista

María Velázquez Dorantes · ¿Egolatría y narcisismo en los gobiernos?

En la era digital es vital comunicar correctamente, esto lo saben las Direcciones de Comunicación Social, y por supuesto los gobernantes, pero en realidad se debe comunicar e informar de forma asertiva, y las redes sociales han venido a sustituir canales formales como los boletines de prensa o los comunicados oficiales, y no es tan malo usarlas para dar a conocer los pasos de la gestión gubernamental, ahora son herramientas al poder y servicio social y público.

Sin embargo, la otra cara de las redes sociales es el ego y el narcisismo. Muchos de nuestros alcaldes municipales han caído en la red tentativa de usar las redes como el único canal portavoz de lo que se hace, estar por hacer y en muchos momentos de la vida simplemente de la especulación visual.
 
Obviamente estamos viviendo un momento de polarización política, y eso desata la guerra de comentarios en las redes sociales. Los que están a favor y los que están en contra, un mundo subjetivo, manipulado por nuestros impulsos y deseos, pero, usted, ha de identificar quiénes son los alcaldes más sonados en redes sociales, quienes incluso parecen jugar o abusar de las transmisiones en vivo, o de los relees, sin ofrecer una calidad informativa, regulada, porque pareciera que están bajo el encanto de mirar pero sobre todo ser mirados.

Hay una exhibición del gobernante que se convierte en un personaje narcisista, paranoico y con sentimientos de grandeza detrás de un teléfono inteligente.
 
Pareciera que nuestros presidentes municipales controlan todas las situaciones a través de las redes sociales, y eso por supuesto que les provoca una enorme satisfacción, es la fantasía del dominio “irreal”. Aunado a ello cuando los comentarios llegan a favor, esa fantasía irrumpe en su vida personal, y la sonrisa mañanera se vuelve pública pero sin información relevante.

Los comentarios le ayudan a estos personajes públicos a tener una superioridad yoica, puesto que consideran que las transmisiones significan estar con todos y estar sin nadie.
 
La sonrisa infalible, la voz melodiosa, las disculpas exacerbadas, las aclaraciones matutinas, y un largo etcétera, caracterizan a nuestros nuevos políticos. Es parte de la modernidad, donde las pantallas funcionan como en el mundo “real”, y en lo público vemos un recital de acciones repetitivas para crear participación y opinión como alimento carnada, logrando así satisfacer la relación con el poder que tendrán durante tres años y el sistema de creencias que tienen de sí mismos.

Añadir comentario

Clic aquí para escribir un comentario