La función directiva en COBAQ: una oportunidad para servir, construir, trascender y transformar
A lo largo de sus 40 años de existencia, el Colegio de Bachilleres del Estado de Querétaro (COBAQ) se ha consolidado como un referente entre las instituciones de educación
media superior más importantes del estado. Su mayor fortaleza radica, sin duda, en su invaluable capital humano.
Quienes formamos parte de esta institución, asumimos una responsabilidad significativa dentro del engranaje que hace funcionar al COBAQ: atender al corazón del colegio, que
son nuestros estudiantes y sus familias.
Ser directivo en esta institución es un privilegio y, al mismo tiempo, una gran
responsabilidad que exige compromiso y seriedad. Como director de plantel, no solo se gestionan recursos y se vela por la operatividad del centro educativo, también se atienden asuntos administrativos diversos. Sin embargo, lo más relevante es trabajar con personas: mediar en situaciones, coordinar esfuerzos y construir ambientes escolares sanos y seguros que permitan a los estudiantes desarrollarse plenamente.
El impacto de la labor directiva trasciende las tareas cotidianas, ya que cada acción repercute directamente en la comunidad educativa. Por ello, los planteles son, en gran medida, un reflejo de la personalidad y liderazgo de quienes los dirigen.
En COBAQ, cada integrante aporta, con su esfuerzo diario, al crecimiento y
fortalecimiento de la institución, dejando una huella única y valiosa. Nuestro trabajo aquí
no solo genera resultados visibles; nos otorga dignidad porque, a través de él,
descubrimos quiénes somos realmente. Este trabajo nos transforma, moldea nuestros
talentos y nos brinda la oportunidad de servir, de dar lo mejor de nosotros mismos y de encontrar propósito en nuestras acciones.
Un ejemplo claro de esto es cuando logramos que un estudiante, enfrentando dificultades académicas o personales, no solo permanezca en el colegio, sino que alcance sus
metas. No todos los trabajos permiten transformar vidas de esta manera. En COBAQ,
tenemos el privilegio de impactar positivamente en la vida de nuestros estudiantes, dejando en ellos una parte de nosotros mismos.
Aquí, el trabajo no solo nos forma como profesionales; también nos enriquece e inspira a ser mejores cada día. Saber que lo que hacemos tiene un propósito trascendental nos
motiva a seguir construyendo y transformando vidas.
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