Inicio » Editorial · Rumbo al 2024
Punto de Vista

Editorial · Rumbo al 2024

Ante el cercano proceso electoral de 2024, se erige ante nosotros la oportunidad de redefinir el curso de nuestro país a través de la participación ciudadana activa. A pesar de ser un derecho consagrado, la relación entre la ciudadanía y los partidos políticos se ha visto empañada por una desconfianza creciente. En este contexto, es imperativo que los ciudadanos se conviertan en los protagonistas de un cambio profundo y significativo construido desde las esferas sociales y no las cúpulas partidistas. 

Los partidos políticos, que deberían ser los instrumentos de la voluntad popular, han perdido de vista su verdadera misión. En lugar de responder a las demandas sociales, parecen enfocados en intereses cupulares y personales, dejando de lado el bienestar social. Es alarmante observar cómo el partido en el gobierno acumula una deuda presupuestal histórica bajo el pretexto de brindar ayuda a los más desfavorecidos. La célebre consigna «primero los pobres» ha dado paso a una realidad en la que el gobierno parece estar más interesado en mantener a los pobres en su situación, que en resolver sus problemas estructurales. «Que el pobre siga siendo pobre, pero yo lo mantengo».

La oposición, por su parte, no escapa de las críticas. El juego político se ha convertido en una negociación de posiciones estratégicas, a menudo anteponiendo el interés partidista al bienestar general, exhibiendo acuerdos en el que prevalecen sus intereses y no un genuino cambio social. El término despectivo utilizado por el exgobernador Francisco “Pancho” Domínguez para referirse al líder nacional del PAN, llamándolo pendejo, queda corto y ratifica su posición ante la incapacidad de la dirigencia, revelando la descomposición moral que afecta a algunos sectores políticos. A pesar de la desilusión y la falta de incentivos para votar, la participación ciudadana es más crucial que nunca. Es momento de desafiar el statu quo y reclamar un espacio activo en la toma de decisiones. La contienda electoral puede ser pírrica, pero la participación ciudadana puede ser el catalizador para un cambio genuino. La voz de la ciudadanía (que no pueblo) debe resonar más fuerte que nunca, recordándole a los políticos que el poder emana de la ciudadanía y que es hora de restaurar la confianza en nuestras instituciones democráticas, ante el antidemócrata inquilino de palacio.

Acerca del autor

Acontecer

Añadir Comentario

Clic para escribir un comentario