¿Por qué reconocer al toro bravo como una subespecie bovina justifica su supervivencia?
Continuamente se repiten los argumentos tendenciosos de los animalistas antitaurinos, que niegan que la prohibición de los festejos taurinos llevaría a la extinción del toro bravo como raíz y tronco de una familia o linaje.
Biológicamente todos los bovinos actuales pertenecen a una única especie, el “Bos taurus”, descendiente del “Bos primigenius” y están integrados en la familia de los bóvidos y la subfamilia de los bovinos. Desde el ganado de carne y leche europeos, hasta los hindúes o cebú, pasando por los Longhorn o cuernos largos y los Ankole-Watusiafricanos, todos pertenecen a la misma especie, el “Bos taurus”.
De ello se aprovechan los animalistas para burlarse, calificando de ignorantes a quienes sostenemos que el toro bravo o de lidia es una “subespecie”, diferente a los bovinos domésticos.
Biológicamente el toro bravo no es una especie distinta, aunque es obvio que los taurinos no empleamos el término en su sentido estrictamente biológico; no obstante, cualquiera persona a simple vista, es capaz de identificar las diferencias genotípicas, fenotípicas y comportamiento entre cada una de las razas de bovinos existentes hoy en día.
Del mismo modo podemos identificar un perro Chihuahua, un Galgo y un Pastor Alemán, que son animales de la misma especie “Canis lupus” el lobo y la subespecie “Canis lupus familiaris” el perro doméstico y no nos cuesta trabajo distinguir unos de otros. Sin embargo, a ellos la biología sí los clasifica como subespecie y razas definidas.
La diferencia en biología entre una raza y una subespecie es la siguiente: la raza es la subdivisión de algunas especies sobre la base de rasgos fenotípicos, a partir de una serie de características que se transmiten por la herencia genética, sin alterar esa unidad genética fundamental de la especie; mientras que en las subespecies se constituyen de líneas genéticas distintas, que, en el toro bravo, son los encastes.
Es aquí donde el toro bravo adquiere una singularidad propia. El animal, como genotipo, fenotipo y comportamiento, está más cerca del “Bos primigenius” o “Uro” que de los bovinos domésticos. Es esa bravura genética que caracteriza al toro de lidia y que ha desaparecido en el resto de razas bovinas, la que marca la línea genética distinta del toro bravo frente a las demás.
Mientras que las diferentes razas son mansas, han perdido el gen de la bravura, y conservan entre todas ellas una unidad genética fundamental, como la Holstein, Angus, Brahman, entre otras. Con estándares fenotípicos y genotípicos muy establecidos, el toro bravo constituye una línea genética distinta a todas las demás, conservando la bravura genética heredera del antiguo “Bos primigenius” o “Uro”. Por lo tanto, un linaje o subespecie distinta a la del resto de los bovinos domésticos con una mínima bravura.
El argumento de los animalistas y antitaurinos es perverso, porque, si por alguna razón permitiéramos que murieran todos los perros chihuahuas del mundo, no estaríamos acabando con la especie que es el “perro”, pero sí con una raza entera, la de los chihuahuas, que dejaría de existir y eso sí les preocupa, pero ¿a los animalistas les parece correcto que se extinga la subespecie del toro bravo? Obviamente sí, porque en realidad a ellos eso les da completamente igual, porque ven a todos los bovinos como reses completamente iguales de acuerdo con su clasificación zoológica.
Es aquí donde me sorprende que cuando se habla de la supervivencia del toro bravo, no se resalte el hecho de que hoy por hoy y desde hace más de 100 años, no existen toros bravos en libertad en el mundo, sino que todos y cada uno de los animales de esta subespecie bovina forman parte de una explotación ganadera.
La ganadería existe desde el neolítico, cuando los humanos dejaron de ser nómadas y sobrevivían de la recolección y la caza como únicas fuentes de suministro de alimentos, y se convirtieron en sedentarios comenzando a sembrar sus propios vegetales, naciendo la agricultura y criaron sus propios animales, naciendo así la ganadería.
No hay un solo vegetal cultivado por el hombre que no tenga por destino ser aprovechado generalmente para comer. Del mismo modo, no hay un solo animal criado por el hombre que no tenga como destino ser aprovechado para su alimentación.
Si mañana se prohíbe en el mundo el consumo de tomates, todos los agricultores de la tierra dejarán de plantar tomates, porque sembrarlos, regarlos, abonarlos, cosecharlos, empaquetarlos y distribuirlos, implica un costo económico que ya no les va a producir ningún beneficio y al dejar de plantar tomates, la especie como tal, desaparecerá del planeta, quedando solo los tomates silvestres.
Si se prohíben los festejos taurinos, los ganaderos de bravo dejarán su actividad ganadera porque les implicará un costo económico enorme y a cambio no recibirán ningún beneficio, los toros de las ganaderías morirán en los mataderos y el linaje del toro bravo desaparecerá de la faz de la tierra, porque no hay toros bravos silvestres, acabando con ese reservorio genético, la línea más pura directa del Uro, de donde descienden todas las razas de bovinos domésticos.
Los animalistas argumentan que lo que se debería hacer es liberar a los toros de las ganaderías y dejarlos que pasten libremente por los campos y montañas. Naturalmente, el primer obstáculo que deberían “salvar” es que en México existe la propiedad privada, y todas las ganaderías de toros bravos son de propiedad privada. Habría pues que comenzar expropiando tierras para convertirlas en reservas naturales o santuarios protegidos.
El segundo problema, mucho más serio que el primero, es que el inventario de toros bravos en nuestro país según el Censo Agropecuario del INEGI en el 2015, ascendía a 109 mil 204 cabezas de ganado; imaginen cien mil toros bravos deambulando libres por el campo, sería inadmisible para la población, para los campos de cultivo, para las personas y para el resto de animales, porque no existe un depredador natural que ayude al control poblacional de ésta subespeciey se volvería una especie invasora.
Es importante aclarar el por qué no hay información actualizada del censo de cabezas de ganado de lidia en México. En el Censo Agropecuario del INEGI 2022, el Mapa Digital de México para consulta de resultados menciona lo siguiente: “Ganadería: Comprende las seis principales especies que se producen en el territorio nacional para la obtención de carne, leche, huevo, piel, miel, polen, propóleos y algunos otros productos”, ya no se diferencia al toro de lidia como en el 2015, todos los bovinos están englobados en dos clasificaciones: bovinos productores de leche y bovinos productores de leche y carne; ya no son de importancia nacional.
Ahora bien, desde el mismo momento en que fueran “liberados” los toros bravos de las ganaderías y remitidos a la serranía comenzarían los problemas, no se podría andar por los cerros ante el riesgo evidente de encontrarte con algún toro bravo, las manadas de toros deambularían por campos de cultivo destrozando todo a su paso, causando caos, y en muchas ocasiones se adentrarían en los pueblos y ciudades; y los mismos animalistas que hoy piden la liberación del toro de lidia exigirían a las autoridades que controlaran su hábitat, lo que llevaría a que se diezmara el número de toros bravos, dejando una población similar a la de los bisontes en las reservas de Janos, Chihuahua y Coahuila y matando al resto de los toros. El linaje o subespecie que es el toro bravo se vería disminuido y en claro peligro de extinción, por obra y gracia de los animalistas.

De modo que, aunque pueda parecer paradójico para ellos, el único modo de supervivencia del toro bravo es el mantenimiento de los festejos taurinos, porque son una subespecie eminentemente ganadera, que no existe ya de forma natural en el hábitat silvestre, y que requiere de apoyos para su mantenimiento, y esos apoyos son los festejos taurinos, que son los que proporcionan al ganadero el dinero suficiente como para poder “medio” mantener su ganadería y con ello el cuidado y atenciones que requiere la crianza del toro bravo.
CLASIFICACIÓN ZOOLÓGICA
BOVINOS CANINOS
Reino: Animal Reino: Animal
Filo: Chordata Filo: Chordata
Clase: Mammalia Clase: Mammalia
Orden: Artiodáctila Orden: Artiodáctila
Familia: Bovidae Familia:
Subfamilia: Bovinae Subfamilia:
Género: Bos taurus primigenius Género: Canis
Especie: Bos taurus Especie: Canis lupus (lobo)
Raza: Subespecie: Canis lupus
Línea: Familiaris (perro doméstico)
Raza:
Línea:
En la clasificación zoológica del toro de lidia, se debería incluir en lugar de raza y línea, que se emplea para razas establecidas y con parámetros genéticos muy fijos, subespecie o casta: De lidia y encaste: Saltillo, Santa Coloma o el que corresponda.

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