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Albero Taurino

Carlos Alberto Vega Pérez · Albero

¿Qué opinaba Victorino Martin Andrés acerca de la desaparición de varios encastes del toro de lidia en España?

Hablar de Victorino Martín Andrés es hablar de un hombre consagrado en la historia moderna de la tauromaquia. Un símbolo de la ganadería brava que desde hace 60 años despierta admiración y respeto entre aficionados y curiosos. El que le hayan dedicado en Madrid la Corrida In Memoriam fue un honor, pero al mismo tiempo una responsabilidad, porque Madrid es siempre especial.

Desde hace unos años se dice que la afición madrileña pide un toro grande, por encima de otras consideraciones, un animal que, muchas veces y por esa exigencia, está sobredimensionado, pero el toro de Victorino no ha sido nunca un toro muy grande. Los victorinos son muy del gusto de Madrid, sin ser excesivamente grandes, pero sí es un toro que tiene trapío.

Victorino Martín Andrés apostó por el toro cuando todo el mundo apostaba por el torero. Hay un antes y un después de Victorino. Devolvió al toro al lugar que le corresponde. Era hombre de pocas palabras y hablaba con el ejemplo, decía que: “las cosas hay que hacerlas bien por el hecho de hacerlas. Cuando se hacen bien, el éxito viene solo”.
En alguna ocasión comentó: “Nuestros toros son muy fieles a su línea genética, de cara subida, trapío, con su importancia, sin ser gigantescos, que venden cara su vida pero que responden cuando se les hacen las cosas bien”.

Cuando le preguntaron: ¿Actualmente cría un toro pensando en que sea del gusto de quien presencia la corrida o de quien debe ponerse frente a sus toros?, contestó: “Cada uno hace en su casa lo que cree más oportuno. La mayoría cría sus toros pensando en el profesional. Nosotros pensamos en el público. A nadie se le obliga a ser torero. Ser torero es un privilegio, son los héroes modernos. Muchos tienen que lidiar nuestros toros porque no les queda otra, otros porque quieren poner una pica en Flandes, hacer un gesto…”.

“Muchas veces se habla de la influencia del tercio de varas en el desarrollo posterior de la lidia y cómo influye en el toro y en su comportamiento, ¿habría que modificar algo de ese primer tercio, el peso del caballo, número de entradas al peto, la puya, el repetir y recargar el castigo en un mismo viaje…”.

“Soy consciente de que actualmente la mayoría de los puyazos son traseros y eso afecta muy negativamente al toro. Habría que dar una vuelta al tercio de varas. El toro tiene que ser picado para que se le ahorme, pero en otras condiciones. Ahora sólo se hace pensando en el matador, con lo que muchas veces se alargan las faenas de manera innecesaria y artificial. Y ya se sabe que lo bueno si breve, dos veces bueno”.

Cuando le preguntaron su opinión acerca de los encastes que están a punto de desaparecer, contestó: “Las figuras son egoístas en líneas generales. Matan toros de encastes muy determinados y preservar la variedad de encastes es tarea de todos, incluidos ellos”.
“Entiendo que para las grandes citas escojan el toro que más les ayuda, pero en otras plazas menores sí que podrían ayudar a mantener estos encastes. Si midiésemos a los toreros por su capacidad de torear distintos encastes, se producirían muchísimas sorpresas”.

“Además, el Estado no hace nada ni por nosotros ni por la Fiesta. Teóricamente, es responsable de una herencia genética única, pero en lugar de protegernos, nos maltrata. Ayudan a las especies salvajes en peligro de extinción y por el toro bravo no hacen nada. Europa mantiene sus ayudas a la producción de carne, aunque no prevé nada sobre la especificidad de la raza brava… tuvimos complejos a la hora de reivindicar que teníamos derechos, como si hiciéramos algo amoral. ¡Cuando es justo al revés!”.

“Somos pioneros en el dominio de la selección animal, mantenemos zonas naturales de bajo rendimiento en estado salvaje, preservamos el genotipo de nuestro ganado y nos sentimos orgullosos, a pesar de que no se nos reconoce mérito alguno. Poca gente da importancia al hecho de criar tal o cual encaste”.

Victorino Martín Andrés salvó del matadero al encaste Albaserrada, pero sólo se le recompensó hasta que triunfó, y no precisamente por las autoridades, sino el público y los aficionados. Y criticando duramente la falta de bravura en los nuevos encastes comentó: “No sé cómo acabará todo esto. Lo digo desde hace tiempo: seguimos los pasos de México. Primero le quitamos la casta a la ganadería, después disminuimos el volumende los toros y, para rematar, inventamos las fundas… Después de esto en México desde hace tiempo, las plazas han empezado a vaciarse”.

“Y remató… Soy muy pesimista… El toro tiene que ser fiero y no eso de toreable… El problema es que han inventado el toro fácil, sin emoción. Y eso no es la Fiesta…”.

En una entrevista reciente, se le preguntó a su hijo Victorino Martín García, presidente de la Fundación Toro de Lidia, acerca de los ataques de los animalistas y antitaurinos, y contestó algo interesante:
“Los antitaurinos no paran… Es lo que creen que tienen que hacer y están muy bien financiados. En 2018 hicimos un estudio sobre las principales entidades animalistas y las cinco más importantes tenían un presupuesto superior al millón de dólares. PETA tiene 52 millones anuales… y tiene que justificarlo fastidiando a los demás. Pero son necesarios. Eso nos hace mejorar, nos mantiene en tensión, pero pido que se regulen las manifestaciones antitaurinas, que no dejen que las hagan ante las plazas de toros porque puede degenerar en algún altercado. En Ciudad Real un año se pusieron ante las taquillas y no dejaban que la gente pudiese adquirir sus localidades tranquilamente. Eso es lo que no puede ser. Como decía Rafael El Gallo: ‘hay gente pa tó…’”.

“Los amantes de la tauromaquia estamos en la obligación de preservar y defender este rito que nos ha hecho vivir momentos extraordinarios. Que nos ha hecho felices y mejores personas, formando nuestras señas de identidad. Si no lo hacemos hoy, mañana puede ser tarde”.
“La cultura no la impone ningún gobernante por mucho que se empeñe; es la voluntad popular la que elige como le gusta vivir y sobre qué valores se ha de sustentar su existencia”.

“Vivimos tiempos convulsos, como ha ocurrido a lo largo de la historia en todos los principios de siglo. La confrontación de ideas y modelos de sociedad se hacen patentes. Ahora más que nunca es el momento de expresar claramente y sin complejos lo que somos. Cómo queremos vivir y que valores queremos transmitir a nuestros hijos y nietos”.

Si así están las cosas por España… ¿se puede hacer aun algo por la fiesta en México? ¿Se podrá lograr una suma de voluntades para revivirla? o seguiremos conformándonos diciendo ¿es lo que hay?, ni modo… hasta que desaparezca.

Muchas gracias.

Ganadero Victorino Marín Andrés. – ARCHIVO

Victorino Marín Andrés y Victoriano Marín García. – ARCHIVO

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