Ezequiel Montes es un municipio árido y con un calor seco, producto de la ubicación geográfica,
pero también de la falta de zonas verdes. En realidad, y si usted observa a esta provincia, se va a
dar cuenta que no hay árboles, todos se han ido a manos de las administraciones que los han
talado. Y en estos momentos la realidad es que la actual administración ha sido la que más daño
ecológico ha causado. Con ella se fueron árboles y palmas del jardín principal, se fueron los
árboles del parque “El Rebocito” y se van también los árboles de calles bajo el lema de
remodelación y rehabilitación en el barrio La Presa. Y ante este escenario nadie ha dicho nada.
Cuando en algunos ayeres se aplicó la encuesta para que las palmas fueran taladas, a muchos
les surgió el lado ecologista y se opusieron.
Los árboles han sido talados por la madrugada, pero aún quedan los escombros. Lo cierto es que
ante la insuficiencia de agua, este gobierno también ha colaborado con la tala de árboles, y por
cuestiones naturales es mucho más complicado que llueva. Entre tierra, árboles y nubes, existe
una fórmula mágica para obtener un buen temporal, pero por lo visto, ante ojos ciegos, oídos
sordos.
Las obras públicas que se han ejecutado desaparecieron a los árboles. No tengo conocimiento en
urbanismo, pero no creo que haya sido necesario exterminar los pocos pulmones del municipio,
más bien considero que es un asunto de rigor mortis por la naturaleza y de mucha falta de visión
por los proyectistas. Vaya usted, querido lector, camine por las calles de Ezequiel Montes, y dé
cuenta de la cantidad de árboles que existen para tomar sombra. ¡Se va a sorprender!
Añadir Comentario