Habrá escuchado, querido lector, sobre la agenda pública, un lugar simbólico donde se proyectan los planes para un municipio, estado o nación. En este caso hablaremos de los municipios, quienes ya terminaron la “luna de miel” con sus nuevos gobernantes, y ahora toca ver con claridad la realidad. A este tenor le sumaremos la importancia y la urgencia de que quienes nos gobiernan tengan buenas relaciones públicas, porque en 100 días de gobierno éstas se han visto ausentes.
Pareciera que los nuevos gobiernos están improvisando, se les ocurren eventos sociales, tales como intercambios o donaciones para ayudar a la causa social. Un ejemplo de ello es el DIF municipal, y esos eventos han fracasado por la falta de la RP. Las relaciones públicas en los gobiernos son la herramienta fundamental no sólo para gestionar las crisis o comunicar asertivamente, sino para tocar las puertas de quienes pueden aportar un porcentaje (%) en modo de colaboración para donar cobijas, juguetes, sillas de ruedas y un largo etcétera. En caso de no contar con ellas, nos enfrentamos a un panorama complejo, donde la cooperación resulta cansada para unos cuantos y obviamente la gestión se vuelve más complicada.
Por otro lado, cuando un político gana y es totalmente contrario a lo que se tuvo en el gobierno, o no es del color de quien nos gobierna en niveles más altos, es muy probable que caiga en la trampa del “yo soy mejor”, y ese el primer error en la teoría de las relaciones públicas. Un gobierno municipal funciona como un corporativo, las imágenes y los mensajes tienen que ser totalmente estratégicos, sin cansar a los ciudadanos y más adelante a los votantes.
Quien gestiona sus relaciones sociales con calidad, obtiene prontamente resultados, porque nos permiten diseñar o implementar un plan de “favores”, a modo de intercambio, de estabilidad y crecimiento político. ¿Usted ha observado que esto sucede en su municipio? Porque la hipótesis que tengo es que nadie ha tomado en cuenta el principio estratégico de las relaciones públicas, están improvisando, sacando lo “mejor” que pueden y hasta allí…
Observo un panorama débil, donde los municipios no se están asociando con nadie, donde considera que su talento nato es suficiente, y en término de políticas sociales esto se resume como premio al , nada más. A este escenario le vamos a sumar lo que el historiador Juan Miguel Zunzunegui afirma cuando dice que nuestras democracias se han construido con políticos que se consideran influencer, les gustan los likes, pero no están ocupados de gobernar con teoría y causa, lo que los convierte en gobiernos débiles y frágiles, porque como dice en un libro de teoría política: un like no es un voto.
Si los gobiernos aplican las relaciones públicas y las ponen en su agenda, podrán entonces organizar eventos de reciprocidad, no sólo del gusto popular, sino de agentes que contribuyan al desarrollo de los municipios. ¿Cómo nos daremos cuenta de que esto funciona así? Cuando veamos autoridades relevantes en los eventos públicos, cuando nos demos cuenta que las Asociaciones Civiles están donando a las causa de los más necesitados, cuando se hizo un intercambio no sólo de bienes materiales sino también intelectuales para que los proyectos se ejecuten más prontamente. Si esto no resulta así, ¡cuidado! Nadie está ejecutando las relaciones públicas, y los que están diciendo que lo hacen, son simplemente oportunistas que cobran el favor.
Feliz 2025 a todos los lectores de ACONTECER.
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